jueves, agosto 17, 2006

ANIMALILLOS

Me enfado por cosas que no deberían importarme... No me enfado, me enfurezco por cosas como:
Un ser que pega pequeños empujoncitos antes de que se abran las puertas del metro. Son unos golpecitos cortos y ansiosos, como de conejito con sarna o algun animalillo a la vez asqueroso y desvalido... No es el golpecito en si el que me molesta, que lo hace, porque es algo repetitivo y, aunque sin sonido, estridente... pero no es el empujoncito, no, es la miseria del acto lo que me irrita. La gente no solo ha perdido la educación, también ha perdido la dignidad. El conejillo sarnoso se olvidó de preguntarse dos cosas. La primera es: ¿Puedo estar molestando a la persona a quien le doy empujoncitos? (cuestión de educación) y la segunda, y quizá más importante, sería preguntarse sobre qué imagen de si mismo está dando (cuestión de dignidad). Vivimos un poco en el mundo de "ya se que tengo la barriga más grande del universo, pero me pongo un top que la luzca, porque no tengo complejos... y además doy empujoncitos en el metro porque soy libre y hago lo que me da la gana, y a quien no le guste que se joda o que empuje él al que tiene delante", y esto es la libertad para una gran parte de nosotros: gritar, empujar, fumar en los vagones... ser desagradable en general. Molestan muchísimo, pero creo que es mucho peor en los animalillos, casi sin lenguaje ni conciencia (una quizá sea consecuencia de la otra), en los que se están convirtiento

...En realidad no me enfurece, me entristece, y no os podeis imaginar hasta que punto, ver la fealdad de las formas y los actos que nos rodean

1 comentario:

Anónimo dijo...

sigue escribiendo...