viernes, noviembre 30, 2007

Salto al vacío VIII: ELEANOR FORD

Llegué al bar y un hombre con los ojos girados me dijo que yo no era el centro del mundo, que no me pensara que todo giraba a mi alrededor y no supe que responder. Esa noche conocí la ironía y la mala ostia de Dios y pensé que quizá todo está escrito, pero mal. Pues sufrí en mis carnes la traición que antes yo infligí, nada grave, cosas de hombres y amigas, pues otras amigas vengan a las primeras que no conocen... justicia divina... y digo yo que si Dios no tendrá otra gente en la que vengarse, como Bush, que yo soy un poco mala pero no tanto... Todo lo que giraba a mi alrededor voló, como dijo el oráculo etílico, y como él dijo dejé de ser el centro del inmundo mundo en el que me hundo... y mientras me hundía besé a desconocidos, me reí de lo que me hacía llorar, lloré al sentir como el mundo se me escurría por los dedos como mantequilla. Cometí incesto con mi hermano inventado, hasta mi pecado es de mentira. Qué vacío el que llena mi alma, el que guía mi suerte, el que impulsa mis pasos...

Hoy he encontrado un ventolin en el water de los baños de un bar y me ha dado un ataque de risa, he mirado al techo y entre carcajadas he dicho: Dios, eres un hijo de puta! Pero no me ha respondido.

jueves, noviembre 29, 2007

Salto al vacío VII: THOMAS RICZNIK

Sabine Robinson: Thomas, qué tomas?
Thomas Ricznik: Jajaja...
Sabine Robinson: Qué?
Thomas Ricznik: Que ya me se el chiste.
Sabine Robinson: Qué chiste?
Thomas Ricznik: El de un güisqui con cola
Sabine Robinson: A las 12 de la mañana?
Thomas Ricznik: Qué?
Sabine Robinson: Que qué tomas, Thomas?
Thomas Ricznik: Lo mismo que tu bebes
Sabine Robinson: Un café solo?
Thomas Ricznik: jajajaj.
Sabine Robinson: No te entiendo
Thomas Ricznik: Sí, es ese...

pausa

Sabine Robinson: Qué?
Thomas Ricznik: Nada.
Sabine Robinson: Vale.

miércoles, noviembre 14, 2007

MISERIAS

Volvía a casa con ganas de no estar donde estaba, de no compartirme con nadie, no por egoísmo, sinó por compasión... Hoy estar a mi lado no es una fiesta y es más deprimente que la fiesta en sí, si es cierto eso que digo de que toda fiesta es deprimente... yo me lo he pasado muy bien en muchas fiestas y no me he deprimido... pero sí, toda fiesta es deprimente si lo pienso. Pues eso, que volvía a casa y he oído detrás de mí la melodía de unas palabras que se decían una pareja de jovenes enamorados, como yo estoy un poco melancólica y lenta, pues me han adelantado... iban cogidos de las cinturas (una manera bastante incómoda de ir, la verdad, aunque cuando me han cogido así nunca lo he dicho, ... bueno, una vez sí, pero fue porque me gustaba demasiado el chico y no quería enamorarme y fui maleducada, algo que creo que resulta muy sexy, pero creo que me equivoco... o algo así pasó, no sé). Ella llevaba las mismas zapatillas que yo, unas all star bajas, rojas y gastadas... esas all star de los quince años del hombre que me amó, me las regaló y aún está su apellido escrito en la suela con rotulador permanente y no me provoca nostalgia, ni me hace recordar el amor. Los miro y pienso que ella podría ser yo, o yo ella, y me da igual. Acto seguido veo a una mujer un poco fea y un poco gorda que ríe con sus amigos y pienso que peor sería ser como ella, que alguien tendría que decirle lo desagradable que puede resultar mirarla, ese pensamiento me lleva a pensar que me quiero pasar la vida comiendo, bebiendo, fumando, ... lo que es igual a engordar, demacrarse, enfermar, ... y que si alguien, entonces, me ama podré decir que he encontrado el verdadero amor. Estos son el 10 por ciento de los pensamientos miserables que he tenido hoy. No están mal.

domingo, noviembre 11, 2007

miércoles, noviembre 07, 2007

Hoy, ahora

Hay veces que, de repente, me gusta mi vida. Reconoceré que es una postura estética, que me imagino mi vida como una habitación vacías: Sus cuatro paredes son blancas... sus tres paredes, la otra es la cuarta pared. Me gusta mi vida cuando pienso que hay alguien, ese alguien que es más que cualquiera, que me ve, que opina sobre cada gesto. Ojalá existiera Dios, uno que fuera observador, que opinara pero no juzgara, un Dios como el mejor profesor de teatro, por que, al fin y al cabo, que hacemos en la vida si no es teatro?

Ojalá la sangre fuera vino y nosotros toros.

Hoy me gusto, mañana quien sabe.

Hoy soy esa yo que mañana será cualquiera... pero hoy, ahora, me gusto, me quiero y soy lo que seré.