lunes, julio 23, 2007

cuando los zapatos de tacón


Eran las ocho de la mañana, iba a trabajar, escuchaba en el discman algo así como que en la calle los niños se ríen, que en la radio suena mi canción favorita, que el dolor ha desaparecido de la faz de la tierra… y que baby vuelve a mi, vuelve a casa… y yo quiero ser baby, y hoy me voy a poner los zapatos de tacón para sentirme menos pequeña, para alejarme del suelo, que me absorbe, para volver a esa casa donde alguien me espera con la ilusa felicidad de las pequeñas cosas… tengo unos en el trabajo, no me los pongo nunca… Y me los he puesto, y estoy sentada delante del ordenador, y no soy baby y estoy incómoda… y quiero salir de aquí, estar llena de ganas, de vida…. Y quiero ser menos lúcida, menos cínica, hoy quiero ver mariposas… pero yo no veo mariposas y aunque tengo los tobillos rotos de no saber pisar el suelo ya no sé soñar bien, ya no se encontrar la ilusión, solo sueño el desconsuelo y me río de la risa y quiero todo aquello que alejé de mí, mi vergüenza, mi miedo, mis sueños… y estoy tan lejos de mí, y tan triste y se que mi vida son coletazos de pez medio muerto, que se muere y se le olvida a los tres segundos para volver a agonizar y volverlo a olvidar… Y ya no estoy feliz por haber cruzado la frontera, ahora quiero volver, quiero ser la intransigente ilusa y moral, no la indecisa y libre amoral sin opinión en la que me he convertido… y aún sueño cuando ponen mi canción favorita, y por unos segundos vuelvo a ser la niña que se mete en la cama solo para soñar… Y aunque el dolor duele, duele menos y mata más, y el amor ya no es más que una fórmula que nadie te ha explicado… y a veces pienso como a veces piensa Eva, que la peña juega a algo a lo que a mí no me dejan.

Ya me he puesto mis zapatos de tacón... y todo sigue igual aunque esta mañana parecía que todo podía cambiar.

No hay comentarios.: