viernes, febrero 01, 2008

salto al vacío IX: ISABELLA








- No hay nadie más bella que yo ni ojos más certeros que los que admiran mi belleza...



Eso es lo que dijo su abuela antes de saltar desde el acantilado más alto de su isla, según le contaron a Isabella Mayork. Se lo contó su madre. Se lo contó su tía. También, con más recelo, se lo contó su abuela paterna.



A Isabella le pusieron Isabella por su abuela Isabella, lo que le hacía pensar que quizá su madre, en algún momento, pensó en el aborto, no conscientemente, pero quizá un suspiro que llevó demasiado oxígeno al cerebro propuso a su madre ponerle el nombre de la bella suicida a la que iba a ser su hija. Quien sabe, pero pocas mujeres lo hubieran pensado, aunque de un homenaje se tratara. Nunca se lo preguntó a su madre. Hasta hoy:



- Mamá, por qué se suicidó la abuela?

- Porque estaba loca

- Pero...

- No hay peros que valgan



Otro misterio. El misterio. Isabella nunca será tan bella para que le sea tan indiferente la belleza como a su abuela Isabella.



El mayor anhelo es el de tenerlo todo para poderlo tirar, no por el acantilado, sino por cualquier acantilado. El vacío de Isabella, pobrecita, es no desear el vacío. Condenada a buscar, no a tener. Yo también hubiera preferido ser como mi abuela... Aunque... ¿Quién estaba allí para escuchar lo que dijo antes de saltar?


5 comentarios:

Anónimo dijo...

De todos los escritos este es el que mas me ha gustado, sobre todo tu reflexión, creo que nunca estuve tan de acuerdo contigo como en "El mayor anhelo es el de tenerlo todo para poderlo tirar..."
Estoy completamente de acuerdo y eso me pone muy contento. Podria seguir pero... el fuera de cuadro hay que imaginarlo.
También me ha gustado la discusión de anoche en la cena, sobre las vicisitudes y el alcance del ladrido del perro, pero bueno, creo que eramos muchos y el ambiente no se prestaba para debatir.
Beso
Nos vemos hoy...
¡A triunfar!

Anónimo dijo...

Gracias. Es alagador que te guste tanto este relato, aunque a mí me parece que está demasiado desencuadrado, pero yo soy un poquitín cuadriculada. A mí el que más me gusta es el de Roberta Flanagan.
El anhelo de tirarlo todo a cualquier sitio debe ser a la emoción lo mismo que esperar a que un cubo se llene del goteo de un grifo, esperar días, mirándolo cada 5 minutos, para luego tirarlo por la ventana. Un gran suspiro liberador nos llena el alma para luego quedar vacía para siempre. Porque después de conseguirlo todo que se puede hacer más que tirarlo... pero después? Ese maldito después del después... No te preguntas qué les pasa a los personajes de un chiste después del desenlace? Qué hace el camararero de la taverna a la que ha ido toda la tribu del indio gorrón y han pedido un café con leche?

Continuaremos la discusión de las vicisitudes y el alcance del ladrido del perro... porque no recuerdo ni mis planteamientos ni mis conclusiones

Un beso y bona nit
Triunfamos, verdad? la obra fue un éxito... jejeje

Anónimo dijo...

yo si que se que le pasa al camarero del bar al que van la tribu de los indios gorrones... pero no me acuerdo del final del chiste... el cual no era tan bueno como verte a ti hacer el baile de los indios gorrones...

"Loca de la death in existencial crisis"

Besitos varios.

Anónimo dijo...

Quién eres?

M. dijo...

oooh,
mi Evelyn...
te voy a leer toda
:-)