miércoles, octubre 31, 2007

Salto al vacío VI: PAULA RICHARDSON

Paula Richardson abrió desafiante la puerta de su habitación y aún con la mano en el pomo se quedó mirando a Frufrú.

Paula: Oso de mierda, tu y tus amigos os vais de esta habitación, no os quiero volver a ver.

Ni Frufrú ni ninguno de los demás juguetes peludos se movieron de la cama. No podían. Tampoco la oían. Tenían un problema: no estaban vivos porque eran, y si nadie lo has quemado, son, objetos inanimados. Peluches.

Paula: Muy bien, pues lo haré yo misma.

Paula Richardson bajó a la cocina y cogió tres bolsas de basura, subió a la habitación y metió a todos esos malditos peluches absorve ácaros en las bolsas, las cerró y las llevó al contenedor de basura y los tiró. Salió de casa sin que nadie la viera, porque aún era muy pequeña para salir sola de casa, eso es lo que le decían papá y mamá, y ella estaba de acuerdo, por eso lo hacía en secreto.

Paula: A la mierda!

Volvió a casa, a la habitación, a su cama, se estiró y por fin podía estirar los brazos y las piernas. No había nada como disfrutar de todo lo ancho de un colchón vacío a los siete años.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Pero este salto al vacio tan genial...de donde lo sacas??
Ayer estuve a punto de matar a sexy, pero luego me parecia como traicionarte, tal vez porque lo hacía para traicionarte.

Anónimo dijo...

Uiiiui.... Matar a Sexy... No es mala idea, aunque ella no puede desaparecer... puede existir su pasado... no sé, jugar con el tiempo... Y eso de traicionarme? El otro día intenté escribir, pero me quedeé encallada... pero no me asusta, jejejej